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Un Mundial difícil: ¿Qué ganará Brasil?

En un mes arranca el Mundial de fútbol de Brasil. Pero la violencia de las favelas se desboca. Aumenta el número de ataques a centros turísticos del país. La gente desencantada utiliza el Mundial para llamar la atención sobre las malas condiciones de vida y los fracasos del gobierno.

Con: Úrsula Moreno Junglewitz. Invitados: Dario Azzellini, Sven Goldmann y Gemma Casadevall

Debería ser una fiesta del fútbol de primera categoría. En el país del pentacampeón del mundo se espera, en los próximos meses, a 600.000 aficionados al fútbol de todo el mundo. Pero por el momento no se respira ambiente de fiesta, sino todo lo contrario. Parece que hubiera estallado la guerra en las calles con motivo de este Mundial, con heridos y muertos.

Porque, para muchos brasileños, el Mundial de fútbol se ha convertido en un símbolo de la opresión. Su grito de guerra es: “¡No permitiremos que aquí se celebre un Mundial!” Según estudios oficiales, el Mundial costará alrededor de 40.000 millones de dólares. Los brasileños temen que el dinero invertido no les beneficie en nada y que sólo sirva para construir estadios que quedarán sin uso después de la competición.

En Brasil, la Copa Confederaciones del 2013 ya fue acicate de protestas multitudinarias.

Los brasileños utilizan los grandes acontecimientos deportivos para llamar la atención sobre el mal estado de las infraestructuras, la corrupción, la violencia policial y las desigualdades sociales en su país.

¿Por qué se odia este Mundial en un país que ama tanto el fútbol? ¿Se logra controlar la violencia en Brasil? ¿Pone en situación de riesgo a los aficionados? ¿Cuál es el papel que juega la FIFA? ¿Pueden desligarse deporte y política? Los acontecimientos deportivos, ¿sólo son posibles sin que haya protestas en contra? ¿Cuáles son las lecciones a sacar?


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